Comunicador y periodista por profesión, tarotista por pasión, aprendí a leer las cartas de manera autodidacta desde joven, cuando compré una novela de la que sigo enamorado y que venía con una baraja incluida, solo con los arcanos mayores. Todo empezó en el 2012, mi último año de bachillerato, haciendo lecturas para mis amigos entre clases y en los recesos. Con el tiempo me di cuenta de que prefiero trabajar con mazos oscuros, góticos, porque estos son los que me permiten ver aquello que a veces los consultantes realmente necesitan saber, aunque a veces diste de lo que preguntan.