Primer Paso

Cada tarotista tiene su manera de conectar con las cartas y el consultante. Algunos dicen una pequeña plegaria mentalmente consagrando el momento de la consulta y solicitando permiso al universo para conectarse con la energía del consultante, otros prefieren pedirle permiso directamente al consultante y no comienzan hasta tener una respuesta firme.

Sin embargo, hay algo común en todos los tarotistas y es que deben estar relajados y concentrados antes de empezar. Y es precisamente eso lo que hay que hacer antes de preguntar: Si no está bien formulada, es confusa, o no es clara, lo más seguro es que la consulta sea dispersa, llena información que puede ser hasta inútil en ese momento.

Antes de una consulta, toma un momento para relajarte y enfocarte en lo que quieres preguntar, trata de eliminar la ansiedad de preguntar todo porque es justo eso lo que te hace quedarte en blanco cuando ves al tarotista, sin saber por dónde empezar. Pierdes tiempo en la consulta que puedes usar mejor, porque casi siempre tendrás solo una hora. Si sabes qué preguntar desde el inicio, ahorras tiempo, esfuerzo, y todo será de mayor provecho.

Segundo Paso

Luego de eso sigue reflexionando sobre tu pregunta. Pregúntate qué implicación tendrá la respuesta para ti y si estás preparado para la respuesta. Muchas veces las situaciones que queremos entender mejor son tan apremiantes que nos revuelven emocionalmente y nos impiden ver con claridad el problema en sí que queremos preguntar.

Es necesario explicar: ¿Qué debes hacer si no estás listo para hacer una pregunta a una tarotista? 

No hay ningún problema en no estar listo para hacer una pregunta a una tarotista. Puedes decirle que no sabes qué preguntar o que no tienes ninguna pregunta en particular, o simplemente pedir una lectura general. 

La tarotista debe respetar tu decisión y no presionarte para hacer una pregunta. Es importante que te sientas cómodo y seguro durante la lectura de tarot, por lo que es mejor esperar hasta que estés listo antes de hacer cualquier pregunta.

Tercer Paso

El siguiente paso es la precisión y realismo en la consulta. No tiene caso preguntar varias cosas a la vez ya que lo único que consigues es dispersar tu atención. Entonces vuelve la ansiedad, saber más, y si pasa esto o si lo otro no funciona. Evita términos confusos, sobre todo si se trata de que tu pregunta sea neutral, porque tu verdad no es la única.

También asegúrate de ser realista. No es lo mismo preguntar “¿Me voy a casar con este actor famoso?” a preguntar “¿Esta amistad podría volverse un noviazgo?” La primera es un escenario que a todos nos gustaría, pero casi imposible de lograr.

Ten en cuenta estos tres puntos antes de consultarte y lo más seguro es que aproveches al máximo la información que el universo tiene para ti.

¿Qué no se debe preguntar al tarot?

El tarot es un instrumento para guiarte ante una situación y solo lo conseguimos si la pregunta es lo más clara posible es por eso y trata de:

• No hacer preguntas negativas: En vez de preguntar si te va a ir mal en un negocio, pregunta cómo te va a ir.
• No hacer muchas preguntas a la vez: ¿Cuál es la pregunta más importante? Enfócate solo en esa.
• No hacer preguntas demasiado abiertas: ¿Me voy a casar? Es demasiado genérica.
• No hacer preguntas demasiado cerradas: ¿Me voy a casar este mes con esta persona y vamos a tener estos hijos y esta casa? Limita la información que puedes recibir, y es una pregunta nacida de las ansias.

También respeta la postura del tarotista, porque cada uno tiene su código de ética personal. Nosotros no somos la excepción.

La lectura se realiza con previa autorización del consultante y sobre el consultante. No preguntamos por terceras personas que no estén presentes en la consulta o no den su autorización para la consulta. Mucho menos indagamos sobre la salud o temas de muerte de otras personas.

Una consulta completa suele durar entre 20 minutos y una hora. Puede durar menos, pero eso depende de la pregunta. Esto lo hacemos para brindar un mejor servicio ya que cada lectura implica un esfuerzo para el tarotista, además de que a veces este necesita un descanso entre consultas para poder ofrecer un buen servicio al siguiente cliente.

Para clientes escépticos, con reservas ante el tarot, o que lo ven como algo que va en contra de sus principios, esta no es una opción de provecho. Clientes de este tipo suelen estar a la defensiva, o sea que la consulta no va a ningún lado.

Para los que son así, pero tienen curiosidad genuina, solo les pedimos mente abierta y calma. Al final, es decisión de cada uno qué tomar y qué descartar de cada consulta, pero siempre les recordamos que el tarot es un instrumento para tener una mejor visión, no una respuesta escrita en piedra.